Todos los miembros del Coro Diocesano tenemos muy claro que, tanto el nacimiento de esta iniciativa, como su crecimiento en el tiempo es obra del Espíritu Santo, y de la misericordia que Dios tiene con nosotros. Y así queremos que siga siendo.

El Coro Diocesano es un espacio musical que nace en la liturgia y para la liturgia, para la alabanza y gloria de Dios, y como medio de descanso de aquellos jóvenes que disfrutan de la música como experiencia de oración.

No es un coro al uso. Es un coro que quiere hacer del canto una diálogo con Dios, una experiencia de fe, para nosotros y para todos aquellos que viven la liturgia en la que participamos.

Es precísamente por esta razón por la que necesitamos cuidar de manera especial este don de Dios, que es la música. Para Dios no vale “cualquier cosa”, y tanto la formación coral y músical, como los repertorios que estudiamos y la calidad del canto que ofrecemos, deben tener un alto nivel.

Desde el inicio, el Coro Diocesano nace como una iniciativa de los jóvenes de la diócesis. Por ello, el coro está vinculado a la Delegación de Juventud, como medio de apostolado joven, y de una manera especial al reto de la Nueva Evangelización, como espacio privilegiado para el diálogo con la cultura y el arte.