Desde fuera, el Oratorio me pareció siempre un encuentro con el Señor a través de la música que llegaba a mis oídos, de las antífonas y lecturas, de la Iglesia que me envolvía en la iglesia Catedral de Getafe. Desde dentro, el Señor ha querido hacerme el regalo de pasar por mi voz y hacer de ella una oración de suplica a su venida, de contemplación de su Encarnación y nacimiento, de acción de gracias por querer venir a mi. Conmovido, solo puedo dar gracias por tanto regalo, en cada uno de los que formamos el Coro, el Director, la Orquesta, todos los que nos han ayudado. Hemos contemplado su Gloria, y eso que aún no ha venido. Pero el Oratorio nos ayuda a esperar con gozo. Gracias.

Queridos amigos y compañeros el Coro Diocesano, Sólo quiero daros las gracias una vez más por vuestra presencia, vuestra dedicación, vuestra alegría y vuestras maravillosas voces. Lo he dicho muchas veces pero no me canso de repetirlo: No me sé ni la mitad de vuestros nombres ni he hablado con muchos de vosotros más que un "hola", pero cuando cantamos juntos siento que compartimos algo tan profundo que sobran las palabras. El Coro Diocesano suena tan bien no porque tengamos las mejores voces el mundo, sino porque vivimos una experiencia de Iglesia, de comunidad fraterna, compartiendo el amor que Cristo enciende en nuestros corazones y repartiendo ese amor con los demás. Ayer fue un día grande, para nosotros, para los ordenandos y para todas las personas que estaban presentes en la ceremonia. Rezamos cada pieza y eso se notó. La basílica retumbaba no sólo de sonido sino de pura alabanza a Dios. Os lo agradezco especialmente porque ayer no era ni mucho menos mi mejor día, pensé seriamente no ir porque por razones personales estaba muy mal y no me sentía capaz de cantar. Sin embargo, la fuerza del amor de Dios es muy grande, y Él, a través de vosotros sobre todo, hizo posible en mí lo que yo no podía alcanzar con mis solas fuerzas. Doy gracias al Señor por el enorme privilegio de cantar a vuestro lado. A todos, que Dios os bendiga y un fuerte abrazo.

Cuando uno os escucha cantar piensa en los Ángeles cantando esas canciones. Oyes al pueblo de Israel esperando la venida del Mesías, de Emmanuel. Como Dios cumple su promesa y manda a al arcángel Gabriel a anunciar el próximo Nacimiento del Mesias, de Emmanuel,... Estos cantos entonan la autentica noticia de la Navidad, la alegría del Nacimiento del Mesías.